Sembrando futuro.

Cada 8 de marzo se celebra oficialmente el día Internacional de la Mujer. El fin de esta jornada es reivindicar y conmemorar la lucha femenina por el reconocimiento e igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Son numerosos los obstáculos a los que las mujeres se enfrentan diariamente a causa del machismo.

De acuerdo con ONU Mujeres, las mujeres y las niñas son los miembros de la familia que más tiempo pasan en casa, por tanto, sufren más la falta de acceso a electricidad y a energía limpia. Por ejemplo, están más expuestas a enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación del aire generada por el uso inadecuado de aparatos como estufas. Además, las mujeres son las encargadas de transportar el combustible a los hogares, recorriendo decenas de kilómetros y acarreando cargas muy pesadas. Es por esto, que la dimensión de género debe estar siempre presente en la elaboración de políticas y proyectos relacionados con la energía sostenible. Asimismo, el hecho de que, actualmente, las mujeres sean las principales gestoras de la energía a nivel doméstico demuestra que su papel es clave para la promoción de energía sostenible y, por tanto, su representación en la toma de decisiones es fundamental. Sin embargo, de acuerdo con IRENA (Agencia Internacional de las Energías Renovables), solo el 32% de los empleos relacionados con la energía renovable son ocupados por mujeres. A pesar de las dificultades, miles de mujeres alrededor del mundo trabajan para promover el acceso a energía renovable. Un claro ejemplo es Eisha Mohammed, ingeniera solar en Mjimwema, Tanzania. Tras recibir su formación en India y enfrentarse a las críticas de los hombres de su aldea que infravaloraban su labor, actualmente se dedica a instalar y reparar equipos solares que proporcionan electricidad limpia a muchas familias.

Directamente en relación con la energía está el impacto del cambio climático, también sufrido más gravemente por las mujeres. Las mujeres, junto a los niños y niñas, forman el grupo más afectado por las catástrofes climáticas. Un porcentaje muy alto de la población femenina mundial trabaja en el sector agrícola por lo que su actividad depende totalmente del clima. Además, tienen menor acceso a recursos para solventar los daños. Ante los desastres climáticos, la violencia de género aumenta. Por ejemplo, UNFPA (Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas) señala que la trata sexual aumentó después de que ciclones y tifones afectaran la región de Asia y el Pacífico. También, las mujeres forman la mayor parte de los refugiados climáticos. Hoy, muchas mujeres y niñas luchan contra los efectos del cambio climático. Destaca Kiara Nirghin, sudafricana de 22 años, que, tras observar de cerca la sequía, desarrolló un polímero biodegradable, libre de productos químicos nocivos y superabsorbente que retiene cientos de veces su peso en agua. Su invención, contribuye a la protección de los cultivos durante la sequía y a mejorar la seguridad alimentaria.

Todo esto demuestra que es necesario asegurar la participación de la mujer en la toma de decisiones relacionadas con el clima y la energía. Las mujeres han demostrado que pese a enfrentarse a mayores adversidades, su contribución a los ODS es fundamental para asegurar un mundo sostenible.