Viajar a Burkina Faso a finales del mes de octubre es diferente. Diferente de lo que había hecho hasta ahora.

Ya había estado en el verano en Ouagadougou, la capital, en Bobo - Dioulasso, Banfora, Bérégadougou, Kongoussi donde hay Colegios La Salle, algunos con apoyo de PROYDE y otros no. La carretera de Ouaga — Cinkasé (en la frontera con Togo) la conozco como pasajero y como conductor. Pero esta vez ha sido diferente.

Panel del aeropuerto de CasablancaPara empezar, el viaje con la Royal Air Maroc tiene un recorrido diferente. Madrid - Casablanca - Niamey - Ouagadougou. Se ve que en esta época del año viaja menos gente y el mismo avión hace un recorrido con escalas. Y aunque el billete dice que el viaje es Casablanca - Ouaga, con escala técnica en Niamey, pero allí sube gente que viaja, indistintamente hasta Ouaga o hasta Casablanca. Por eso casi me vuelvo a Casablanca esa misma noche. Esperaba que mis vecinos se levantaran en Ouaga, pero no se levantaron y a última hora salí corriendo. Las azafatas me preguntaron si iba a Ouaga, que aquello era Ouaga. Sí, sí, me bajo en Ouaga. Llegué el último al autobús que arrima a los viajeros a la terminal. Así que salí el primero y fui de los primeros en pasar el control de pasaportes. Tampoco tardé en el control de equipajes. Me mandaron pasar sin preguntarme nada. Con una mochila para una semana, se ve que para los gendarmes no era muy interesante lo que yo podía llevar conmigo.

 

La salida del aeropuerto, es necesario estar atento

Uno está prevenido respecto a la multitud de gente que esperan a la salida de un aeropuerto en África. No hay carros para llevar los equipajes, así que debes contratar a alguien, que sí tiene carro y está autorizado por las autoridades del aeropuerto a hacer ese servicio, para que te lleve el equipaje. Con mi mochila a la espalda no necesitaba a nadie que me hiciera el porte. Además me esperaban. Me habían dicho que estaría a recibirme Luis Álvarez. Miraba a ver si entre la multitud de la gente de los carros, los que llevan carteles de hoteles y ONGs, de vendedores de todo tipo de cosas, entre ellas montones de tarjetas telefónicas para móvil y fijo... encontraba a Luis. Pero nada. La costumbre me hace ir diciendo a voleo: ¡merci, merci bien! Entre la multitud y que los oídos todavía no han vuelto a su presión normal, no oí que me llamaban. Además el sonido G es imposible para los francófonos (y para otros muchos hablantes) con lo que Ange, así en francés, no lo identifiqué con mi nombre. Logré oír: ¡frère! Y me volví: –¡frère Ange! –Oui, pero al pobre Julien Diarra ya le había dicho: ¡no, gracias! como a todos los otros que se me habían acercado.

Niños y niñas en el patio del colegio

Luis Álvarez con alumnos/as del Colegio La Salle de OuagadougouYa eran las tres de la madrugada, así que un vaso de agua fresca y a la cama. Cuando me desperté el lunes, oía voces de niños y niñas en el patio de un colegio. Hace ya mucho que no oigo voces de niños en el patio de un colegio ni al despertarme y a otras horas del día. Y caí en la cuenta: nunca había viajado a África con el curso escolar comenzado y eran los alumnos/as del Colegio St Jean–Baptiste De La Salle que está al lado de la Comunidad de Hermanos que me dio acogida durante mi estancia en Ouaga. Viajar a Burkina en octubre es diferente. Iba a tener la oportunidad de ver colegios con alumnos y alumnas en las aulas, de estar con ellos y ellas en los patios. Algo que no había hecho antes.

El colegio St Jean–Baptiste De La Salle está en el centro de la ciudad. Al lado de la Catedral, de la Embajada de Alemania, a dos calles de la Gran Mezquita, y a 5 minutos andando de la calle más concurrida en las noches de Ouaga. Lleva allí más de 50 años y atiende los hijos e hijas de las clases medias de Ouagadougou. En su página web se pueden leer testimonios de antiguos alumnos médicos, empresarios, funcionarios, etc. el último, por ejemplo, es François Tapsoba, un economista especializado en temas medioambientales.

Solidaridad 6º ALuis coordina el primer ciclo de Secundaria (para nosotros simplemente la ESO). Los alumnos y alumnas van todos de uniforme, camisa de cuadros en la que aparecen San Juan Bautista de la Salle y su firma en color tierra roja, laterita. El pantalón, y la falda de algunas chicas, también es del color de la laterita. He estado una cuantas horas con Luis en su despacho. Por allí pasan profesores/as, alumnos/as, padres/madres. Luis tiene para todos una palabra amable. Solo lleva desde septiembre en el colegio, pero ya conoce a casi todos por su nombre. Les saludo, hablo con ellos, me piden que les saque fotos. Me ha llamado la atención un chico de 6º que todos los días lleva hasta el despacho de Luis la caja de madera en la que van metiendo su aportación solidaria. Solidaridad 6º A, dice por fuera la caja. Un gesto muy interesante. También a estos chicos/as se les pide que ayuden a otros que tienen menos posibilidades que ellos.

Badenya, un barrio de las afueras

Alumnos y alumnas de Badenya (Ouagadougou)Badenya es un barrio de las afueras de Oagadougou. En realidad, es el final de la ciudad. Después de allí están las chabolas. Ouaga está siendo poco a poco urbanizada. Entran las máquinas, tiran todo, marcan las calles, ponen los postes de la luz, algunas farolas, las acometidas de agua, vamos, que lo urbanizan. Luego, los antiguos propietarios de las chabolas, reciben una parcela en el terreno urbanizado.

El Etablissement Lasallien Badenya no lleva mucho tiempo en el barrio, pero ya tiene mil alumnos, pues tiene las clases duplicadas desde primaria hasta el primer ciclo de secundaria. Conocí el Colegio hace unos años, cuando estaba en construcción el edificio de secundaria y se ampliaban, con un segundo piso, los dos edificios de primaria. Salvador, dirige el colegio desde el comienzo y ha ido convenciendo a Manos Unidas y a PROYDE para que paso a paso financien la construcción. A Salvador le conocen todos en el barrio y saben que se preocupa de que todos los niños/as estén escolarizados. Y que tengan sitios para hacer deporte. Ha ayudado para que en una parcela propiedad del Ayuntamiento ahora haya un campo de deportes que disfrutan todos en el barrio.

Preparados para la foto...La mañana que me acerqué a Badenya tenían previsto hacer las fotos de las aulas de primaria. Cuando saqué la cámara, todos quería verse en una foto. Como todos los niños/as de todos los sitios. Les saqué un montón de fotos cuando se colocaban ordenadamente para hacer la foto de grupo. Todos con su uniforme parecido a los alumnos del Centro de la Ciudad.

El enfermero de Badenya

Durante el recreo fuimos a saludar a alguna gente que colabora con el colegio.

 

Enfermero de Badenya

El enfermero atiende exquisitamente y con todo el cariño a los que se hacen heridas durante el recreo o durante las clases de educación física, pero también les da medicamentos si están enfermos. Con mucho, la lista de los medicamentos más repartidos, es la del Paludismo. Le pregunté que si con las inundaciones de hacía unas semanas había aumentado la incidencia del paludismo, y sí, hay más paludismo este año, que los anteriores. El paludismo mata a un millón de personas cada año en África y la mayor parte son niños.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Anotación de medicamentos del mes de octubre. Señalados los específicos para el Paludismo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un jubilado, monitor deportivo voluntario

Entrenador de deportes y Director del Colegio

Hay un jubilado que no sale del colegio. Está muy orgulloso de su trabajo como voluntario. Va vestido de chandal y con un cronómetro colgado del cuello. Es el encargado de la animación deportiva. Quiso que le fotografiara con Salvador en su despacho de deportes, con equipos de camisetas de muchos colores, y también, claro, del Athletic de Bilbao, que Salvador es de por allí.

A la hora del recreo entran en el patio media docena de mujeres que venden a niños y niñas alguna cosas para que coman. Todas son madres de alumnos/as del colegio. Buñuelos de todas clases, salsas imposibles, patatas, arroz... no pude probar nada, aunque me lo ofrecieron, porque todo tiene azúcar.

Esas modernas carreteras

Nudo de autovía en la salida de Ouagadougou hacia Bobo-Dioulasso

Ouaga tiene, a la salida hacia Bobo-Dioulasso, un nudo de autovía con tres carriles en cada sentido. Es nuevo. Ahora hay que acostumbrar a los conductores a circular por este kilómetro de asfalto moderno. Hay, en la misma carretera, pero a un montón de kilómetros, otro tramo asfaltado. Y un cartel: “Por vuestra seguridad y vuestro confort la Unión Europea a financiado esta carretera”. Y cuando se acaba el tramo asfaltado, ¿ya no es necesario ni el confort ni la seguridad? Y lo que es más importante... ¿Qué interés mueve a la Unión Europea a asfaltar ese tramo? Uno, cuando ve esas cosas, siempre piensa que hay detrás algún interés y no precisamente altruista, más bien monetario. Conozco por África muchos tramos de carretera que sorprenden por su buena construcción o por lo arreglados que están y cuya misión es transportar, algodón, ser parte de las rutas del petróleo y cosas así... nunca el favorecer el transporte de la población con confort y seguridad.

El 53% de los niños y las niñas sin escolarizar

Carretera financiada  por la Unión EuropeaCuando llegas a un pueblo o al control de peaje de una carretera, siempre hay niños y niñas que te quieren vender alguna cosa. Generalmente comida. Algo para entretener el viaje. Yendo hacia Bobo–Dioulasso nos paramos en un pueblo a estirar las piernas y luego en el peaje. A las horas que pasábamos esos niños/as deberían estar en clase. Y estaban allí. Según la UNICEF, la tasa neta de matriculación/asistencia en enseñanza primaria, del 2000–2007, es del 47% en Burkina Faso. Ni la mitad de los niños están escolarizados. Para que el viaje no fuera tan pesimista, al poco de estos desafortunados encuentros, pasadas las cinco de la tarde, empezamos a encontrar niños y niñas, en grupos, cruzando la carretera o caminando por el arcén. Eran grupos que salían de la escuela, también los había de secundaria, esos iban en bici. Así debería ser, pero todavía faltará tiempo hasta que el 100% de los niños y niñas burkinabeses lleguen a la escuela cada mañana a las 8 y salgan hacia su casa a las 5 de la tarde.

Antoine Sombié, presidente de Wouol

En Bérégadougou saludé a Antoine Sombié. Ya es un viejo conocido. Antoine es el Presidente de Wouol, una Asociación de desarrollo que reúne a 46 grupos de productores agrícolas y unidades de transformación que dan trabajo de 2000 personas del medio rural, de las cuales el 70% son mujeres. La mayor parte de los productos tienen certificaciones biológicas y de Comercio Justo.

Según la pagina web de Wouol, la misión de la Asociación es contribuir a la mejora de las condiciones de vida de la población local por la protección y la puesta en valor de los recursos naturales y culturales de la región de las Cascadas situada al oeste de Burkina Faso.

Su filosofía es proponer una alternativa a la reconversión de los valores sociales ligados a las tendencias económicas que mueven el mundo actual y, por eso, su lema es: Solidaridad, Dinamismo y Desarrollo. Ofrecer un modelo de desarrollo centrado en la realidad de la sociedad rural respetando el saber hacer local y favoreciendo un reparto justo de los beneficios de las actividades realizadas. La palabra “wouol” significa ayuda mutua y solidaridad en la lengua local turká.

Antoine me dijo que Wouol y CLIMA eran cosas diferentes, pero la misma cosa. Que están colaborando mucho y muy bien. Solo quería oír eso. Wouol tiene mucha experiencia en el cultivo de árboles. Sus cooperativistas trabajan muy seriamente, con eficacia y con éxito en los mercados local e internacional.

Antoine me cautivó por su visión clara y amplia de cómo deben ser la producción y el mercado local e internacional desde la primera vez que hablé con él una noche en su casa tomando un vaso de agua bien fría. Un hombre que tiene formación y ánimo de empresario y en vez de tratar de enriquecerse él solo, trata de sacar adelante a miles de campesinos de su región. Una persona a la que hay que conocer.

Y porque es la puesta en práctica de eso que suelo repetir: ya no se trata de lo del pez y la caña. Ahora se trata de la rula, de la lonja del pescado. Se trata de vender el pescado. Se trata de producir excedentes y venderlos en el mercado local y, por qué no, en el internacional.

La Moringa, ese milagro hecho planta

CLIMA (Centre Lasallien d’Initiation aux Métiers de l’Agriculture) está también en Bérégadougou, mi viaje de una semana a Burkina tenía por objetivo principal estar en la inauguración oficial del Centro. Pero no voy a hablar de eso. La crónica de la inauguración se puede ver en proyde.org.

MoringaMe encontré con que entre los productos que aprenden a cultivar y a manejar las familias que allí pasan dos temporadas agrícolas, está la Moringa. Un milagro. La moringa la están investigando y ya se está utilizando para potabilizar agua, como alimento rico en proteínas, minerales como el calcio o el potasio y vitaminas A y C. Es una planta de crecimiento rápido y su madera sirve para leña y para hacer carbón vegetal. Se puede extraer aceite (el 35% de la semilla es aceite que contiene un 73% de ácido oléico) que sirve tanto para comer como para fabricar jabón y cosméticos. Los subproductos del procesado de la semilla son un buen fertilizante con gran aporte de nitrógeno. Las hojas son un excelente forraje para los animales. Es una fuente de hormonas protectoras del crecimiento vegetal y se utiliza como plaguicida. Y hay más.

Lo de las hormonas de crecimiento vegetal lo vi personalmente. Un estudiante de la Universidad de Lérida, Asier, en el norte de Togo, rociaba unas cuantas plantas de maíz de un sembrado y crecieron más rápido, florecieron antes y dieron mejores mazorcas que sus compañeras unos metros más allá, pero que no recibían la dosis de extracto de moringa. Ver para creer.

CLIMA va por buen camino y no solo por lo de la moringa.

El Colegio de Diébougou

Herman es un Hermano de La Salle, Ingeniero de Caminos. Suelo decir que nos conocimos con botas para el barro, un ordenador y un GPS. Y así fue. En el norte de Togo, en el CFR Tami. Llevamos para allá un GPS que iba a servir para acercarnos al punto de confluencia del Meridiano Cero con el Paralelo 11º N. Hemos contado nuestra aproximación en confluence.org. Pero el GPS sirvió para hacer el mapa de las 90 ha de terreno del CFR Tami. Y trabajamos duro durante una semana para hacer el  mapa topográfico completo, con límites, caminos, parcelas, construcciones, pantanos... todo. Ahora, Herman, está de Director en Diébougou. Un colegio de secundaria (para nosotros secundaria y bachillerato) con internado.

Alumnos de CarpinteríaPero lo que me impresionó de verdad es que tienen una sección para chicos y chicas que no ha terminado la primaria. Como nuestra Garantía Social. Allí estudian carpintería, electricidad, mecánica de motos, soldadura y albañilería. Me lo pasé muy bien saludando, hablando y haciéndoles fotos a estos alumnos. Seguro que serán capaces de encontrar un futuro más interesante que sin esos aprendizajes. El colegio está intentando que además tengan algún tipo de certificado oficial de formación profesional que ahora no existe en Burkina para esos estudios.

Y una sorpresa en Diébougou. Me vino a saludar un chico (yo pasé por todas las clases diciéndoles quien era, de donde era y qué hacía en Burkina) que me dijo que era español. Un muchacho interno hijo de padre español y madre burkinabesa. La sorpresa vino cuando le pregunté su nombre. Enrique Salgado, no podía ser de otra manera, si había un español por allí, tenía que ser gallego. Te puedes encontrar un gallego en la luna, eso dicen. Yo me lo encontré en Diébougou. Un lugar al que hay que hacer intención para ir. Al menos hasta ahora. En el futuro va a pasar por allí una carretera grande, así que será más transitado.

Asamblea de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos/asEl sábado a las 9 de la mañana tenía Asamblea General la Asociación de Padres y Madres. Y asistí. Un montón de padres y madres. También musulmanes y eso que el Colegio es católico. Y se pusieron de pie, como todos los demás, al comenzar la Asamblea para rezar juntos pidiendo a Dios que sus decisiones de ese día fueran justas y pensando en el bien de sus hijos. Me llamó la atención una de las intervenciones durante los ruegos y preguntas. Los niños salen después de las 6 de la tarde y a esa hora es de noche todo el año, que estamos en el trópico. Pues bien, los policías se ponen a la salida del colegio y detienen a todos los que salen en bicicleta y sin luces. O sea, a todos los alumnos/as ciclistas. No sé si he visto alguna bicicleta con faro y luz de posición. Creo que no y he hecho algunos kilómetros por la noche en Burkina y en otros países de África y en todos es igual. Por cierto, que si alguno de los que leen esto tiene por ahí catadióptricos, pero por kilómetros, haría una buena acción si la próxima vez que viaje a África se pusiera en una carretera y pegara unos centímetros en los guardabarros de todas las bicicletas que viera pasar.

Hay más cosas, pero las dejamos para que sigan sin publicar en el cuaderno de viaje de esta semana de finales de octubre en Burkina Faso.