Emergencia en Mozambique, ciclón Idai

Miércoles 27 de marzo de 2019

Queridos amigos,

Volvimos hoy de nuestro viaje a las Misiones. Fueron tres días muy difíciles, tanto física como emocionalmente. El primer día sobrevolamos la Misión de Barada con el helicóptero y encontramos una destrucción por encima de nuestras expectativas. Los niños y los adultos nos llamaron para aterrizar, pero ya era tarde y el helicóptero tuvo que regresar al aeropuerto de Beira para abastecer. Este reconocimiento nos sirvió para comunicar las necesidades a la Misión a las Naciones Unidas y al INCC (Protección Civil Mozambiqueña).

Desafortunadamente, ellos no tenían información sobre la Misión ni de las cerca de 1.000 personas que estaban allí: alumnos, profesores, enfermeros con sus familias y las comunidades completamente aisladas y sin comida. Al día siguiente, cuando aterrizamos en el campo de fútbol de la Misión de Barada, y con un teléfono vía satélite, el Sr. Harald, de Cáritas Austria, envió las coordenadas al helicóptero del WFP (Programa Mundial de Alimentación), que trajo 1,8 toneladas de alimentos (arroz, frijoles, comida para bebés, galletas energéticas), que servirán sólo para los próximos cuatro días.

La Misión de Barada perdió todo, sólo el Centro de Salud y la Dirección de la escuela quedaron a salvo y, 11 días después del ciclón, los profesores y los enfermeros intentaron reparar provisionalmente los tejados de sus casas con lonas y plásticos. Las únicas estructuras que todavía están de pie son ahora el abrigo de profesores, estudiantes, enfermeros y de las comunidades. Sin electricidad y con poca comida, resistieron allí 11 días, pero lo que me preguntaron fue: "mañana quisiéramos reabrir la escuela, pero necesitamos material escolar y chapas para los tejados de las aulas. Nuestro objetivo es reanudar la escuela el próximo lunes. Estamos organizando el transporte de material con barcos desde Beira.

Luego desembarcamos en la Misión de Estaquinha que sufrió menos daños que Barada. Las casas de los profesores, tanques de agua y parte del internado se vieron, sin embargo, muy afectados. Con el jeep, queríamos llegar a nuestro proyecto agrícola (a unos 10 minutos de la misión), pero no nos fue posible porque la carretera era intransitable. En general, y por la información de nuestros empleados, perdimos todo: casas, almacenes, 2 tractores, palas, 110 toneladas de maíz, la bomba eléctrica, el lugar de transformación de energía, en lo que había sido una inversión de 200.000 €.

Más tarde, aterrizamos en Mangunde. La Misión, lejos del mar, tuvo problemas en la panadería, en algunas casas de los empleados y en algunas aulas. El gran sufrimiento fue para las aldeas que estaban cerca del río. Todavía no tenemos noticias de la destrucción y de los muertos.

Finalmente, Machanga registró algunos daños en el almacén, en el Centro de Salud y en las viviendas.

Todos los empleados de ESMABAMA están vivos, sólo 8 resultaron heridos, pero todos ellos perdieron sus casas. 18 empleados que estaban en las Misiones para trabajar durante el ciclón, no tienen noticias de sus familias y aún no han podido llegar a sus casas.

En nuestros Centros de Salud ya se han registrado casos de diarrea aguda. En comparación con la situación anterior al paso del Ciclón Idai, el aumento es ya del 41% de los casos. Los casos de malaria ya alcanzaron números alarmantes. Estamos buscando formas de mantener la situación bajo control en la medida de lo posible.
Muchos estudiantes externos nos piden entrar en los internados para no perder el año escolar. Sólo en Estaquinha van a entrar 100 nuevos alumnos internos en los próximos días. Este será otro esfuerzo adicional para ESMABAMA, pero esta es nuestra misión. Todos nos esforzamos para ayudar a los que más sufrieron.