El trabajo continuó hasta el fin de semana, que llegó con un cambio en la rutina. El sábado, una vez que nos subimos a la furgoneta, nos dirigimos a Yaundé, lo primero que hicimos allí fue visitar la comunidad de Hermanos de La Salle. Nos acogieron con mucho cariño y se esforzaron en facilitarnos la comunicación, gracias a que uno de ellos hablaba español y actuó como traductor ante el visitador del distrito de África Central (Camerún, Chad y Guinea Ecuatorial). Después dimos un largo paseo por la ciudad, hasta llegar a un bonito parque (jardines de Santa Anastasia) donde disfrutamos del picnic que llevaban preparado. Para bajar la comida decidimos bailar un poco y Mani trató de enseñarnos sus mejores pasos. Tenemos la certeza de que no tenemos las mismas articulaciones que él y por eso nos es tan difícil seguirle. Para terminar el día nos prepararon una pequeña fiesta en la “maison” y DJ Obama estuvo a cargo de la música.

El domingo volvimos a ponernos nuestras mejores galas para visitar otra de las iglesias que hay en Mbalmayo especialmente Leti, porque Viki que es la cocinera más joven de la casa y con la que más ratos libres compartimos, tanto en la comunidad como en el campo de futbol, le había dejado uno de sus vestidos. También quedamos con los voluntarias y voluntarias italianas que conocimos en Nina. Estuvimos tomando algo y charlando toda la tarde, y a la vuelta ¡Douche Naturelle! Para quien no lo entienda, es un fenómeno que solo se producen en Camerún cada vez que Laura sale de casa con chanclas.

El lunes, además de trabajar, vivieron a tomarnos las medidas dos costureras. Momentos antes de elegir nuestro diseño, las hojas de las revistas y los dibujos volaban y a pesar de todas las dudas a la hora de escoger, estamos muy ilusionados y nos morimos de ganas de ver el resultado final.

El trabajo de construcción poco a poco va disminuyendo, así que aprovechamos para pasarnos por la cocina y pelar unas patatas mientras conocemos un poco más a otra parte muy importante de la comunidad. Como Kristine que además de hacer unos guisos excelentes tiene unas manos mágicas que en a penas unos minutos pueden trenzarte el pelo. Pudo incluso con el pelo corto de Pedro.

Los lazos que nos unen se hacen cada vez más fuertes. Jordan, Ossé y Obama tuvieron que irse de la casa para jugar un partido y su ausencia se hizo notar desde el primer momento, pero especialmente durante el paseo de la tarde. Nos llevaron a conocer uno de los lugares más bonitos de Mbalmayo, una alta roca desde donde se podía apreciar toda la ciudad y que estaba al lado del río que baña esta tierra tan bonita que nos acoge. Como ya viene siendo costumbre, nuestro paseo terminó en otra douche naturelle.