Mirar al Sur / Noticias
RR HH - Voluntariado de Verano
Noticias enviadas por los Voluntarios/as de Verano, directamente desde el Sur: India, Bénin, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Mozambique, Rwanda, Tchad, Togo, Argentina, Guatemala, Nicaragua, Perú.
“Si sigue lloviendo y el río está muy hondo y no pueden cruzarlo para llegar a su casa, pueden quedarse en la mía. Está a tres cuestas de aquí”. Esto nos dijo un niño de no más de 5 años de la escuelita rural Norman López Castro. Este es sólo un pequeño reflejo de la hospitalidad y el cariño que recibimos aquí a diario.
Con abrazos sinceros nos despedimos de Siuna, según el plan previsto, el día 2 de agosto para dirigirnos a Santa Rita y Mulukukú. En Santa Rita tuvieron lugar la última visita a la escuela La Salle y la formación de maestros. En Mulukukú, el padre William nos acogió en su casa y con él compartimos desayunos y cenas.
Después de todo un mes de trabajo, os informamos de que hemos dado por terminada la labor de pintado y mejora de las instalaciones de la casa de huéspedes de la misión San Antonio de Barada en Mozambique. Con la inestimable colaboración de los pequeños y medianos, que pululaban junto a nosotros entre botes de pintura, brochas y lijas, esta parte de nuestro proyecto ha terminado con la alegría de la labor bien acabada. La sonrisa de los niños y las niñas de cada mañana, cuando acabábamos de empezar a pintar, nos recompensaba el madrugón y el trabajo. Las tardes nos han servido, también, para recibir en pago el cariño de todos ellos y ellas en los juegos que amenizábamos en el campo de deportes de la misión. La última tarde con, tras cantar el himno nacional mozambicano, nos divertimos con una gymkana que concluyó con la entrega de los trofeos más esperados: los guantes de trabajo de los pintores y los balones que hemos usado durante todo este mes.
Seis horas tardamos el sábado 15 de julio en recorrer los 95 Km. que separan Waslala de Siuna. Siuna es, desde entonces, nuestra nueva ciudad de acogida. Aquí hemos trabajado con los maestros, padres, técnicos y coordinadores en distintas jornadas de formación. Las últimas sesiones han sido con los técnicos y coordinadores de Waslala, Siuna, Ubú Norte, Mulukuku y Santa Rita. Hemos disfrutado mucho con ellos y se han mostrado muy participativos.
Pero como todo no va a ser trabajar, hemos tenido tiempo para visitar Coperna con el Padre Carlos o asistir a la Ordenación del diácono Reinaldo. Nos llamó mucho la atención la implicación de toda la Parroquia en la organización de la fiesta. Para la ocasión, se preparó una comida especial con carne de res y se trenzaron hojas de palma para la decoración del banquete
Y los días siguen pasando sin saber muy bien la rapidez que toman. El tiempo es un juez severo que ahora mismo va marcando las horas que quedan para nuestra partida.
Esta crónica empieza con nuestra visita a Madurai. Montamos en el coche después de un viernes de compras, sin saber que iba a ser un día de muchas sorpresas y emociones. La primera parada fue en una obra de los Sagrados Corazones donde nos recibieron unas Hermanas, para explicarnos el funcionamiento de la leprosería y del centro oftalmológico donde trataban a los enfermos de VIH. Las palabras que nos decían no nos dejaban salir del asombro al escuchar, como habían decidido no tener residencia sino que su lucha iba más allá de paliar la enfermedad, ya que su empeño reside en luchar con el estigma social de estos enfermos, a los que se le ayuda a vivir en sus Comunidades intentando que se normalice su presencia en las mismas. Conocimos a aquellos que esperaban para hacer el preoperatorio porque al día siguiente un especialista pasaría a operarles de cataratas.
El tiempo transcurre inexorable en Boys’ Village al ritmo incesante de las brochas recorriendo húmedas las paredes del futuro comedor y de las risas sinceras y los abrazos cálidos con los que los chicos inundan con menguante reticencia cada momento compartido con ellos. Poco o nada les importa que la excusa sea el fútbol, el baile, el inglés o los juegos de cartas. Todo ello contribuye a que este Grupo de Voluntariado con destino La India se sienta cada vez más asentado en el refugio de naturaleza y vida que con tanto cariño y buena disposición lo ha acogido desde el ahora ya distante comienzo.
La contrapartida a esta progresiva adaptación a los usos y costumbres del lugar viene de la mano de esa tendencia innata en el hombre a huir de la rutina y a buscar incansable nuevos horizontes. De este modo, las cuestiones prácticas iniciales acerca de los horarios, la actitud de los chicos o la convivencia con la Comunidad de Hermanos se han ido transformando en interrogantes cada vez más complejos acerca del funcionamiento y necesidades reales del centro, de los contextos socioeconómicos que empujan, a veces con violencia atroz, a los jóvenes a las puertas de este lugar, y del panorama general de una sociedad india que, de momento, solo somos capaces de advertir con seguridad llena de contrastes.