Jacques, Yomain y Jean, en Bohicon (Benin) dos meses antes de este viajeQué grande me sentí cuando recibí la noticia de que Romain y yo iríamos a Costa de Marfil. “Abidjan, le petit Paris de l’Afrique de l’Ouest”. Con esa sensación de sentirme alguien porque iba a Abidjan, me preparé a hacer ese viaje tan soñado.

Partí con Romain desde Lomé el 11 de septiembre de 2003, sin dar importancia a lo que significaba esa fecha y la superstición que para algunos suponía. Después de haber arreglado las formalidades debidas para ese viaje que debiera de haber salido a las 18 h, salimos de Lomé en el bus-STIF a las 19 h rumbo a Accra. Los controles policiales, al paso de la frontera de Togo-Ghana fueron normales pues todos teníamos los papeles en regla. El viaje fue rápido y sin contratiempos.

Llegamos a Accra alrededor de medianoche. Y el viaje continuó. Salimos de Accra a las 1 h 15 m después de bajar algunos pasajeros y subir otros. Llegamos a Noé, la frontera entre Ghana y Costa de Marfil a las 11 h 45 m. Un agente de la sociedad STIF paró nuestro bus para controlar los carnets de vacunación que habíamos confiado al chófer. Los que no tenían el carnet o no lo tenían en regla tuvieron que pagar 1500 F CFA por la compra del carnet y 500 F CFA por poner el sello de la vacuna contra el cólera (evidentemente no pusieron la vacuna sino el sello que testimoniaba que habíamos sido vacunados. Esta vacuna no se exige internacionalmente).

En la aduana estuvimos parados 1 hora comprobando documentación, abriendo y cerrando maletas, pues todo debe controlarse, y fuimos llamados algunos de nuevo, porque los carnets de vacunación eran falsos ¿? Y claro, hubo que cotizar de nuevo.

Después de marchar de Noé un grupo de jóvenes marfileños hizo parar el bus para decir que había un gran número de cordones de policías y ellos se ofrecían por 50 000 F CFA, a facilitar el paso en los controles. Un nuevo timo en el que el conductor no cayó. Pensábamos que habíamos escapado de la boca del león. No sabíamos lo que nos esperaba. Tardaríamos 17 horas en recorrer los 160 Km que nos separaban de Abidjan.

Fueron 17 horas de infierno hasta ser despojados de la última moneda por policías sin escrúpulo.

En la primera barrera el conductor paró el bus al oír el primer pitido del agente. Este sube al autocar, saluda a todo el mundo con exquisita cortesía, contó el número de pasajeros, bajó, fue a hablar con “le chef” un momento y luego volvió para decir:

—El jefe dice que la Embajada de Níger en Costa de Marfil ha enviado un mensaje invitando a los nigerianos a salir del país y a todos los que quieran entrar en el país a volver por donde han venido, pero que ellos están dispuestos a cerrar los ojos a cambio de 5000 F CFA por nigeriano. Pero que todos los extranjeros pagarán. Los de Burkina Faso 10000 F CFA, y los extranjeros de otros países 2000 F CFA.

El jefe dice que la Embajada de Níger en Costa de Marfil ha enviado un mensaje invitando a los nigerianos a salir del país y a todos los que quieran entrar en el país a volver por donde han venido, pero que ellos están dispuestos a cerrar los ojos a cambio de 5000 F CFA por nigeriano. Pero que todos los extranjeros pagarán. Los de Burkina Faso 10000 F CFA, y los extranjeros de otros países 2000 F CFA.

Y, sin esperar nuestra opinión, comenzó a recoger los pasaportes y carnets de identidad con el dinero. En este momento supe que había 10 del Níger, 1 de Burkina, 1 del Malí, 11 togoleses, 4 benineses, 8 de Ghana y el resto hasta 41, de la Costa de Marfil, y eso que teníamos todos los papeles en regla. Luego de esto, nuestro viaje continuó, mejor dicho seguimos subiendo nuestro calvario.

El mismo escenario continuó a lo largo de nuestro recorrido. Un control, parada del autocar, subida de un policía, control de carnets, bajada del policía, bajada del conductor para “negociar”, subida del conductor, anuncio de lo que cada uno debe pagar, murmullos y quejas de los pasajeros, resignación y recogida del dinero, bajada del conductor con el dinero recogido, subida del conductor con los carnets, llamada a los pasajeros-problema, bajada de estos, explicaciones, negociaciones, súplicas inútiles, nueva recogida de dinero, subida de los pasajeros-problema con menos dinero, todos al bus y nueva partida. Así entre 30 y 60 minutos cada control de policía o lo que fueran (policías, gendarmes, aduaneros, militares… todos están dispuestos a extorsionar) y 15 controles que tuvimos que pasar. Pagamos una media de 27000 F CFA cada uno. Y tardamos más de 17 horas. Sufrimientos físicos, morales, cansancio, angustia…

Había dos que vestían el hábito religioso. Uno de los agentes les había amenazado en estos términos:

— “Quitaos todos esos trapos, yo no conozco ni imán, ni curas, ni pastores. Yo lo único que quiero es el dinero”.

En otro control, se les interpeló diciendo:

— “Quitaos todos esos trapos, yo no conozco ni imán, ni curas, ni pastores. Yo lo único que quiero es el dinero”.

En otro control, se les interpeló diciendo:

— “En la iglesia el cura pide a los fieles dinero para la colecta. Y aquí rehusáis el pago como todo el mundo. Nosotros los militares, somos los curas de la carretera y por tanto tenemos también el derecho de pedir y exigir el dinero". Otro se rió del celibato de los curas y los trató de hipócritas.

“En la iglesia el cura pide a los fieles dinero para la colecta. Y aquí rehusáis el pago como todo el mundo. Nosotros los militares, somos los curas de la carretera y por tanto tenemos también el derecho de pedir y exigir el dinero". Otro se rió del celibato de los curas y los trató de hipócritas.

Todo el mundo guardaba silencio.

No pudimos hacer nada cuando el pasajero de Mali tuvo que ser retenido en el control de Aboisso, pues ya se le había acabado el dinero. Lo mismo le pasó al de Burkina Faso, en el control de Bassam, por el mismo motivo. Tuvimos que parar 2 horas, no sin antes haberles obligado a desvestirse para demostrar que no ocultaban dinero en ninguna parte del cuerpo.

Cansados de todo y siendo la 1 de la mañana decidimos unánimemente pasar el resto de la noche allí, con el fin de escapar a otros 3 controles que todavía nos esperaban. Nuestras fuerzas habían llegado a término.

Sin embargo, de mañanita todavía nos esperaban dos policías, que nos habían estado espiando por la noche, y se presentaron a exigir 500 F CFA por persona. Hacia las 7 de la mañana del sábado llegamos a la estación de STIF en Adjamé (Abidjan).

Nuestro viaje había durado en total 36 horas.

Perdona, Señor, a todos estos agentes del desorden, de estos robos que cometen todos los días, líbrales de las cadenas de la miseria moral y espiritual que son la xenofobia, la corrupción y la injusticia, consecuencia de su miseria material. Sana nuestro corazón herido, nuestro espíritu frustrado y nuestro cuerpo martirizado y da a todos los que viajan, especialmente por la ruta de Noé a Abidjan, el gozo y la esperanza de poder llegar a destino donde les acogerán los parientes y amigos compasivos.

Jacques

[Jacques y Romain son Hermanos de La Salle, están haciendo el Escolasticado en el CELAF Abidjan, Costa de Marfil. El viaje que relata Jacques, es el que les llevó del Noviciado al Escolasticado]


Un Euro vale 655,957 Francos CFA. El Tesoro francés (no la Unión Europea) sigue garantizando la convertibilidad del Franco CFA.