Fue el 28 de Diciembre que decidieron llevárselo, él no tenía intenciones de dejar este mundo pero los antepasados no le participaron sus intenciones. Cuando en África alguien muere no muere por digámoslo así sin intervención de algún otro que decide momento y manera, sean los antepasados o sean enemigos. Ninguna muerte sucede porque sí, alguien la propició. Después de que alguien es dejado en el “túmulo” la familia se reúne para dilucidar quién fue el causante de la muerte de su fallecido.

Paulo, director de EP2 de la villa de Búzi y con unos cuantos años a más de los 30 tenía futuras expectativas al ingresar a sus estudios de “bacharelato”, ahí había depositado sus horizontes de futuro, en ello había apostado para alcanzar un nivel de mayor altura y salir de la pobreza absoluta. Luchó a brazo partido para tener una “vaga” en la facultad de “Ensino à Distância”. Cuando se enteró de que se iba a abrir una facultad para profesores en ejercicio, misma que no le impediría continuar con su trabajo y que además los costos no le iban a quitar el pan de la boca se hizo de varios tiempos para desde Búzi trasladarse a Beira. Unas veces lo hizo por barca, otras por “chapa” y hasta de “boleia” pero no desistió. Ya en Beira y en cada una de sus visitas insistió en ser aceptado a los estudios, acudió a cuantos argumentos su raciocinio le daba para abrir las puertas y por fin esa puerta se le abrió. No paró ahí, después de ser aceptado a los estudios regresó a su villa y motivó a sus colegas de la escuela para que también estudiaran. Paulo entonces se volvió anunciante de la facultad allá en los interiores y la repercusión de sus llamados a superarse para sus colegas vino a crear un cambio en las decisiones de quiénes podrían ser aceptados a los estudios. Arrastró a la Facultad no sólo a sus colegas de escuela mas también a otros de escuelas y aldeas de villas aledañas.

Sus colegas lo eligieron jefe de núcleo de estudios y la elección no desmereció. Llegado el fin de semana en Búzi reunía a sus profesores y los orientaba en los estudios y trabajos. Recogía trabajos y encaminándose a Beira los entregaba personalmente en la oficina académica situada en la escuela João XXIII. Más de una vez le hice saber que no precisaba de venir a Beira para entregar los trabajos ya que un servidor en sus visitas de asesoría a los núcleos podía recoger los trabajos. Siempre decía que “tudo bem, estou a entender”, pero lo que decía no le apartaba de su tenaz insistencia en hacerse presente en Beira. Le decía que cada vez que venía a Beira hacía un gasto de transporte que no era necesario que hiciera, que ese dinero lo podía ahorrar al yo personalmente recoger los trabajos en el lugar de origen. Nada de nada y siempre la misma respuesta “tudo bem, estou a entender”, pero continuaba en lo que ya se le había hecho costumbre. Por momentos pensé que era un pretexto para venir a Beira y resolver otros asuntos, mas no era así, venía a lo que venía, a entregar trabajos y mensualidades de sus colegas.

Cada mes doy una vuelta por todos los núcleos de estudios del interior. La facultad de educación abierta para profesores en ejercicio formó un núcleo de estudios en cada misión o escuela del interior donde existen estudiantes de la facultad. Los núcleos de estudios existen en lugares que hay que ver, lugares donde llegar a ellos en tiempos de lluvias se torna una verdadera aventura. Para llegar a Búzi en tiempos de seca no hay grande problema, sólo manejar por unas cuatro horas por “estrada de tierra batida” junto al río que lleva el mismo nombre, un río que ya ha dado mucho de qué hablar debido a la voracidad de sus cocodrilos. Ahora que cuando las gotas de lluvia comienzan a caer, no es posible llegar a Búzi por el camino normal y hay que tomar una “chata” en Beira y hacerse a la mar, cruzar la bahía de Beira, entrar por el río y así llegar a la villa. En las inundaciones de 2000 y 2001, Búzi sufrió lo indecible debido a su situación junto al río. Los hermanos fuimos los responsables de la entrega de los alimentos a la población. Búzi en tiempos coloniales tuvo un gran ingenio azucarero que le dio auge a la región. Hoy el tal ingenio sólo es un montón de chatarra y su rehabilitación no es viable debido a los altísimos costos y a que ya han sido rehabilitados los ingenios de Mafambisse y Marromeu que cubren con creces la demanda de azúcar de la región.

Ya decía pues que a cada mes voy por la región de Búzi, sea por tierra sea por agua. Cada mes encontraba a aquél Paulo con un gran entusiasmo y en total disposición a las orientaciones que le llevaba. Reunía a los profesores a la hora que llegase y motivado a más no poder era el primero en entregar sus sentidos a la escucha de las nuevas venidas de la facultad.

Pero… en una de mis visitas Paulo no estaba en su lugar y su adjunto me indicó que había enfermado, que estaba en casa en período de convalecencia. Habiendo preguntado por las señas de su casa allá fui a visitar a Paulo y efectivamente Paulo estaba según esto en recuperación. Dadas las condiciones de penumbra de la casa en aquél momento no me fue posible ver bien a bien las condiciones físicas de Paulo así que me di por satisfecho al haber conversado con Paulo y percibir que su ánimo no había decaído.

Mas en una siguiente visita ya me preocupé. Entre el lapso de tiempo entre aquélla visita y otra siguiente Paulo no había hecho acto de presencia en Beira y ahora que regresaba a Búzi de nuevo me recibía su adjunto. “O que se pasa” pregunté. “Olha, o senhor director continua doente. Não tem forças para ficar muito tempo trabalhando, faz muito esforço para ler e sofre demais a quando quer estudar”. Al querer ir a visitarle ya me dejaron sentir que eso no era viable.

El segundo grande período de clases presenciales de la facultad inició el 8 de diciembre. Paulo estaba ahí más flaco que una lombriz, irreconocible apenas por su entusiasmo. Le pregunté qué pasaba y me dijo que estaba en vías de mejorar, que había pedido su traslado a Beira para poder estar más cercano a los cuidados médicos y que había sido autorizado por la Dirección Provincial de Educación para entre otros trabajar en nuestra escuela João XXIII.

Un día sí un día no era lo que Paulo lograba de permanencia en el período de las clases presenciales hasta que el día 28 me notificaron que Paulo Cariorio Tendazai había dejado de existir víctima de lo que ya sospechábamos: SIDA. Todos sabíamos que cuando comenzó a hacerse pequeño, encogerse, aquélla enfermedad lo había hecho su cautivo y no habría remedio para lo inevitable. Como es sabido en África casi nada se nombra, se dice, se pide de manera directa, casi todo es a las vueltas. Con esta pandemia esa reserva aumentó y aún a sabiendas de que alguien la padece siempre se habla con eufemismos. La ocultación, el misterio, la penumbra, los rodeos y la vuelta y vuelta son inherentes al pensamiento africano.

Durante el año 2003 en la escuela João XXIII que es el epicentro de misión de los Hermanos perdimos 4 profesores víctimas de SIDA. El curso de formación de profesores perdió 6 en seis meses y entre ellos a Paulo. Para el 2005 se estima que Mozambique tendrá el mayor número de huérfanos por causa del SIDA. De los 16 millones de personas que actualmente se debaten con la enfermedad en África Austral, Mozambique se lleva el primer lugar. En África del Sur cada día se infectan 1500 personas con la terrible enfermedad.

El 28 de Diciembre sí que me hicieron una inocentada quien quiera que haya sido. La inocentada se fue al plano de lo serio. Paulo murió reducido a las proporciones físicas de un “menino” y Herodes ese día encarnado en el SIDA se lo llevó por delante. Ya le pido a los reyes magos que aunque no sean reyes sí que sean magos y nos den un presente de misericordia atenuando la voracidad de Herodes.

Marco Antonio Moreno Siqueiro

A los 31 días del mes de Diciembre del 2003

Beira, Moçambique