8 de Marzo, día Internacional de la Mujer

El día Internacional de la Mujer, nos invita, una vez más, a destacar que en los países empobrecidos, la situación de la mujer sigue siendo discriminada, hasta tal punto de poder afirmar que la pobreza tiene rostro femenino.

Por lo general, la mujer tiene poco peso en la vida de la comunidad a la hora de tomar decisiones. Quedan en segundo plano y no ostentan cargos. Sin embargo, su papel en la comunidad local es imprescindible.

Responsabilidades familiares sin cuestionar y sus consecuencias

En África, las mujeres son las responsables de transportar sobre sus cabezas y espaldas el 90% del agua que consume la población. El transporte del agua expone a mujeres y niñas a accidentes, ataques de animales salvajes e incluso a violaciones.

Las mujeres caminan a diario kilómetros para la recolección de ramas de árboles que se necesitan para cocinar, alumbrar y calentar los hogares. El tiempo que dedican a recolectar leña lo quitan de su educación y formación. La gran mayoría de niñas y jóvenes dejan de asistir a la escuela pues emplean mucho tiempo en ir a por leña, mientras sus hermanos no tienen esa obligación.

Las mujeres se responsabilizan de los cuidados de los miembros de la familia y la comunidad. Son las principales cuidadoras de enfermos y personas mayores.

Consecuencias en la educación

En el África Subsahariana el analfabetismo femenino dobla al masculino. Además, el índice de abandonos es más elevado. Las familias incorporan a las niñas a tareas de atención doméstica desde edades muy tempranas especialmente al acarreo de agua y leña.

Producción de alimentos y propiedad de la tierra

Las mujeres africanas producen el 80% de los alimentos (FAO) y se encargan de la alimentación de la familia.

La mayor parte de la agricultura está en manos de mujeres, pero al no ser propietarias, no tienen acceso a créditos bancarios. Trabajan la tierra que es propiedad del esposo o un familiar varón. En caso de fallecimiento del hombre propietario, no pueden heredar la tierra que han trabajado durante años, incluso tampoco pueden de acceder a los rendimientos económicos familiares generados, entre otras actividades, con la agricultura.

El cuidado del ganado es otra de las responsabilidades que asumen las mujeres, sin ser propietarias ni recibir remuneración por ello.

En las sociedades dependientes de la producción agrícola local para la alimentación, las mujeres tienen un papel clave en el desarrollo económico local y la seguridad alimentaria, pero, al no ser propietarias, carecen de reconocimiento y visibilidad.

La cantidad de horas que dedican al mantenimiento del hogar, alimentación, higiene y cuidado de los miembros de la familia, limita sus posibilidades de alfabetización, educación y acceso al empleo remunerado. También restringe su tiempo de ocio en los primeros años de su infancia.

Fuerza laboral invisible

Las mujeres son agentes centrales del desarrollo. Representan cerca del 40% de la fuerza laboral aunque permanece invisible en las estadísticas oficiales al no estar remunerado. El 80% de los trabajos de la mujer es no remunerado.

El 95% de la producción de las mujeres no es vendida, sino destinada al autoconsumo (FAO), de manera que su trabajo genera poco ingresos económicos y, por lo tanto, tiene escaso efecto en su empoderamiento y autonomía.

El 84% de las mujeres se dedica al comercio transfronterizo informal, lo que les aporta sustento, además de seguridad alimentaria y algunos ingresos.

En el sector formal del empleo, las mujeres desempeñan los trabajos peor remunerados.

Salud reproductiva y violencia de género

La mayoría de las muertes maternas se produce en el África Subsahariana. Numerosas mujeres mueren durante el parto cuando no son asistidas por falta de dinero para pagar los honorarios y el transporte hasta los hospitales.

Según la OMS el 50% de las mujeres de Tanzania y el 71% de las mujeres rurales de Etiopía sufren palizas u otras formas de violencia a manos de sus maridos o parejas. Casi el 50% de las niñas que acuden a la educación primaria y secundaria han sufrido acoso escolar o agresiones por parte de sus compañeros de clase e incluso de los profesores.

Qué estamos haciendo

Para PROYDE, es una prioridad estratégica el “fomentar los proyectos que favorezcan la prioridad de acceso a la educación de la mujer (niñas, madres, profesoras…)”. Muchos de nuestros esfuerzos, año a año, se centran en poner de relieve y apoyar un futuro digno para las mujeres, intentándolo desde que son niñas. Recordamos, a continuación, algunos, no todos, de los proyectos en los que la promoción de niñas y mujeres se hace de una forma directa.
Trabajamos con prioridad la educación femenina en las redes de escuelas que apoyamos en el norte de Togo y en Madagascar.

En Comercio Justo venimos apoyando de forma regular la importación de productos GAFREH, fabricados a partir de bolsas de plástico recicladas por mujeres de Bobo-Dioulasso, Burkina Faso. PROYDE es el distribuidor de los productos GAFREH para España.

Apoyamos un programa de PRODESSA para prevenir el embarazo precoz de niñas y adolescentes de escuelas públicas en San Marcos, Guatemala.

Estamos trabajando por la escolarización total y de calidad para las niñas de la Escuela de Bambú en Tailandia, poyando una residencia de niñas.

Colaboramos con los Centros de Formación Agrícola para familias en Togo y Burkina Faso. Uno de los objetivos fundamentales es la promoción de mujeres y no solo en lo que se refiere a la formación agrícola, también en el cuidado de la familia, el ahorro familiar, alimentación y la sanidad. Toda esta formación es conjunta e igual para hombres y mujeres.

Finalmente, PROYDE tiene abierto un sitio web, Mundo con M de Mujer, para alzar la voz ante la situación de injusticia en la que viven millones de mujeres en todo el mundo, para que todos y todas (hombres y mujeres) podamos actuar juntos y juntas para cambiar el mundo.