Después de todo un mes de trabajo, os informamos de que hemos dado por terminada la labor de pintado y mejora de las instalaciones de la casa de huéspedes de la misión San Antonio de Barada en Mozambique. Con la inestimable colaboración de los pequeños y medianos, que pululaban junto a nosotros entre botes de pintura, brochas y lijas, esta parte de nuestro proyecto ha terminado con la alegría de la labor bien acabada. La sonrisa de los niños y las niñas de cada mañana, cuando acabábamos de empezar a pintar, nos recompensaba el madrugón y el trabajo. Las tardes nos han servido, también, para recibir en pago el cariño de todos ellos y ellas en los juegos que amenizábamos en el campo de deportes de la misión. La última tarde con, tras cantar el himno nacional mozambicano, nos divertimos con una gymkana que concluyó con la entrega de los trofeos más esperados: los guantes de trabajo de los pintores y los balones que hemos usado durante todo este mes.

Además, los días nos han permitido continuar recibiendo invitaciones y visitas, como la gran invitación vivida con la familia al completo del sr. Antonio Dique con la que compartimos un fraternal almuerzo donde pusimos sobre la mesa las culturas mozambicanas, portuguesas y españolas.

También la comunidad parroquial de San Antonio nos sorprendió el pasado domingo con una vistosa y animada celebración de la palabra, danzarinas, coro y bombos incluidos.

Por supuesto que ha habido oportunidad de cocinar algún plato típico del país, la sra. nos instruyó para preparar matapa: los ingredientes principales fueron coco, amendui (cacahuete), hojas de mandioca, papaya y mucha, mucha ilusión por probar algo nuevo.

Nos hemos despedido de Barada y nos preparamos para encontrarnos con otras dos misiones: Estaquinha y Mangunde. Las sonrisas de los muchachos/as de Barada nos acompañan.

Mataka tira, buenas noches en ndao para todos vosotros.